jueves, 17 de octubre de 2013

5

Este nudo en mi interior está cada vez más apretado. Rechaza la energía que intento reponer o meter en mi cuerpo. Hace que mi mente se duerma un poco más y que los nervios se disparen hacía todas las decisiones. Mis heridas vuelven a sangrar de nuevo por su culpa, todas y cada una de ellas. El odio colapsa dentro de mí y destruye todo lo que he sido, sustituyendo mi composición por tristeza y cansancio.
No puedo más. No estoy bien y tengo que admitirlo. Pero me cuesta, porque todo esto parece a la vez una gran mentira. Un juego de mi cabeza que me engaña y que me hace pensar lo que no es. Parece que estoy enferma. Sin embargo yo no estoy segura de ello. No sé si esto esta realidad es verdad o una ilusión. En cualquier caso, tengo algo claro. La vida no está hecha para mí.

jueves, 10 de octubre de 2013

+A day in the dark, a murdered afternoon

Hace mucho que me convertí en lo que soy ahora. Hace mucho que soy como una piedra. ¿Es un escudo o es que todo lo que había vivo dentro de mí ya murió?
No es solo es que a nadie le importe. Es que a mí no me importa. Nada tiene sentido y yo ya no tengo voluntad en lo que hago o digo. En realidad es como si ni siquiera estuviera aquí, como si mi mente se hubiera ido. Supongo que me gusta evadirme para no hundirme más en toda esta mierda. Lo hago con el objetivo de no romperme más de lo que ya estoy, o eso me digo. No sé de dónde viene todo esto y no sé cómo arreglarlo. Juro por Dios que lo he intentado, eso sí. Que he tratado de salir de todo esto, pero me ha sido prácticamente imposible. Lo siento por ser así, siento ser un fallo. Lo lamento por no saber hacer nada bien. Por no aportar nada bueno al mundo, por estar de esta manera. No hay suficientes palabras para expresar lo inútil y avergonzada que me siento de mi misma. Esto no es una fase, no es un farol, no te lo estoy contando para que me compadezcas. De verdad que me está costando y básicamente lo estoy haciendo sola. No solo porque no hay muchas personas que quieran acercarse a mí, sino también porque gracias a mi estupendo yo alejo a todo aquel que intenta ayudarme.
Así que aquí estamos. Otro día igual. Nada cambia, y probablemente mis días serán así hasta mi muerte.

martes, 8 de octubre de 2013

I lie in bed, I hate my guts-

Siempre es lo mismo. Es un bucle que se repite infinitamente. No hay colores ni tampoco emoción en él. Siempre es lo mismo.
Abro los ojos y deseo no haberlo hecho. Me tengo que enfrentar a cada elemento de mi miserable vida, otra vez. Ya ni me molesto en curvar mi boca, para qué, me pregunto. Las ojeras son inmensas y ocupan mucho más que mis propios ojos. Ahí viene uno de los peores momentos del día. Mirarme al espejo para que pueda verme más decente y no parezca una muerta resucitada. Simplemente me repugna. No solo el deforme rostro que se dibuja, sino también lo que hay dentro. "Dios, ¿es qué no vas a hacer nada más para arreglar todo este desastre? ¿Para intentar darle algo de sentido a tu patética vida? Algunas almas ni llegan a tener la oportunidad de vivir y aquí estás tú, deseando morirte sin tan siquiera luchar" le digo, pero no se molesta en prestarme atención. Y es que simplemente soy un desperdicio de tiempo y de energía con complejo de emo reprimida que lo único que sabe hacer es autocompadecerse y pensar en negativo. No lo intento, es cierto. Pero ya he probado eso. Parece que conmigo no funciona. Pese a que trate de convencerme pasa algo y se acaba fastidiando. Llegué a mi límite y ya no pude aguantar más. Me cansé.

sábado, 5 de octubre de 2013

cerveza

Ya lo he dicho bastantes veces, no sé por qué demonios sigo así. Solo desperdicio aire y el tiempo de los demás.
¿Realmente importo? Dicen que si nunca hubieras existido la vida de aquellos con los que has tenido contacto o que saben de ti no sería la misma, y por ello no está bien acabar contigo.
Pero nadie dijo que aquella otra vida sería mala, ¿verdad? Si me pongo a meditarlo, el cambio que he hecho en otras personas no es tan grande. Tampoco he sido un motivo para vivir ni he ayudado a nadie de manera importante. Más bien he molestado o simplemente he sido irrelevante. Así que no me parece una excusa válida para tener más ganas de vivir.
Había un tiempo en el que estas reflexiones me amargaban, pero la verdad es que ya no. Lo cierto es que no me importa. No sé si es bueno o malo, porque poco llega a importarme. Había un tiempo en el que todo me importaba, las reacciones de las personas, el ser suficiente, el físico, el rechazo. Nada me importa ahora. Me da igual que me pase un camión por encima, o que me caiga por las escaleras con un paraguas afilado y su punta me atraviese la garganta. Tampoco me inmutaría si ahora porque sí bajara unos 13 kg (que bien que me hace falta, pero eso es otro tema) o si tuviera un encuentro con alguien a quien admiro. Al menos es lo que me parece ahora. Incluso cuando estoy deprimida estoy igual que siempre, es como si ya me hubiera acostumbrado. Es algo que me resulta bastante difícil de explicar así que tampoco pretendo que lo entiendas, porque ni yo misma lo hago. Con el paso del tiempo he llegado a la conclusión de que es bastante simple: Me he aburrido.

jueves, 3 de octubre de 2013

We come alone and alone we die

Siempre he querido tener una máquina del tiempo. Durante toda mi vida me ha encantado todas aquellas fantasías e ideas sobre viajes a través del espacio y de las eras. Pero la destinación de ayer realmente rompió todos mis esquemas.
El combustible eran los nervios y la nave era mi propio cuerpo. Nunca medité sobre eso realmente. No pensé que iba a volver a pasar, pero aún así me equivocaba. Y es que esa venenosa tentación me llama con su armoniosa voz para que peque, para que busqué lo que no encuentro en ninguna parte. 
Cuando nadie está puedo refugiarme en ese momento del pasado, hace que no me sienta tan sola. Es amable conmigo y me hace sentir mejor, de alguna manera.  No me juzga y tampoco pregunta lo que no sé, no quiere motivos, solo quiere que me calme. Porque sabe perfectamente que ni siquiera yo sé qué es lo que pasa conmigo y lo entiende. Así que no tengo que dar explicaciones inadecuadas y torpes, solamente tengo que entregarme a él y no tengo que pensar ni hacer en nada más.
No necesito drogas. Lo tengo a él. El vicio aumenta y una vez que lo pruebas es imposible simplemente despegarse de él. Sin embargo, una cosa es cierta. Cada vez que voy allí me muero un poquito más.
Porque una de las cosas que más me gustan de él es que tiene el mismo objetivo que yo: destruirme. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Aquel sitio era un infierno. Y lo sigue siendo. Todos mis demonios nacieron allí, justo cuando pisé el suelo de aquel edificio. Aunque parecía que estaba todo en paz, los monstruos acaban despertándose tarde o temprano. 
Cada día era peor, me mataba un poco por dentro. Era el lugar en donde realmente mi cerebro comenzó a romperse debido a las altas expectativas, a no ser suficiente. No solo físicamente, sino también intelectualmente, y bueno, de todas las maneras posibles en las que haya un mínimo. Lo único que me enseñó fue a encerrarme en mí misma, a no ser capaz de mirar a los ojos de nadie y a otras cosas que no creo que deban revelarse. Pero de todo de eso, hay algo que nunca perdonaré: el que me perdiera. 
Porque aunque ya salí de ahí, es como si nunca me hubiera ido. Aún no me he encontrado y eso es un problema. No estoy segura de que alguna vez llegue a hacerlo.